martes, 28 de agosto de 2012

Una vuelta al trazado de Spa-Francorchamps


En escrito

Se llega a la primera curva a algo más de 285 km/h. La horquilla La Source requiere una fuerte frenada y una rápida reducción del régimen de marchas hasta poner el vehículo a 60 km/h, en primera. El giro de esta primera curva, de casi 180º, resulta espectacular en la vuelta de salida.

A continuación se acelera hasta poner el monoplaza a 310 km/h, antes de frenar para entrar en Eau Rouge. Es una curva bastante rápida en la que se debe entrar a 280 km/h. Tras pasar las curvas Radillon Campsa se llega a la subida Les Combes, donde se llega a una velocidad punta en torno a 330 km/h, antes de clavar el freno para entrar en la chicane. Se reduce entonces a tercera, y oscilando entre los 120 km/h y los 140 km/h se realizan los subvirajes de esta. Al salir de esta chicane por la curva por la curva Malmedy, una recta corta permite acelerar hasta poner el coche en quinta, para llegar a 260 km/h a la Rivage, una larga curva hacia la derecha que exige un buen posicionamiento de entrada. El trazado de la curva Rivage se realiza en segunda a unos 110 km/h. Al salir el circuito cambia su morfología y el coche empieza a subvirar.
Después de salir de la horquilla se encuentra una curva rápida hacia la izquierda, que se trazará en tercera a 155 km/h, para tomar una recta que permitirá recuperar velocidad. La siguiente curva, Pouhon, es bastante abierta y aunque se llega a ella en sexta, si se traza correctamente, entrando con un flanco abierto y retardando el momento de la frenada, se puede tomar en cuarta o incluso en quinta, a 215 km/h. Nuevamente llegamos a otra recta en la que el monoplaza acelera hasta los 300 km/h. Esta recta conduce a la chicane Fagnes, que se ataca en dos partes. La primera de estas se ataca en tercera a 130 km/h y la segunda se pasa a 160 km/h. Estos virajes se deben tomar bastante abiertos para aprovechar el máximo de pista posible sin entrar en la zona sucia. A partir de aquí se acelera hasta los 225 km/h en cuarta para realizar un nuevo viraje en Stavelot hacia la derecha. Se sale de este punto acelerando para dirigirse a la curva Blanchimont.
El tramo de recta permite acelerar al máximo el coche para entrar en la curva Blanchimont a unos 300 km/h. Esta es una curva muy rápida que va seguida de la curva Bus Stop, una chicane muy lenta en la que es fácil pasarse de frenada y quedarse esperando el autobús. El coche debe reducir drásticamente hasta segunda para trazar la primera parte de la chicane a 90 km/h. Aquí los pilotos se suben a los pianos para conseguir mantenerse en pista, ya que la fuerza G es bastante grande. Finalmente, llegamos a meta.

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